viernes, 9 de octubre de 2009

Seguís siendo la misma de siempre


Aun las hojas siguen cayendo

Aun el sol vanidosamente nos deja cada día

Aun la niebla corre de nuestros ojos

Y aun bailamos con los vientos

Todavía te veo cuidando tus acordes

Emocionándote con suspiros que aún están

Sentimientos tras tragedias y más sentimientos

Tus voces enraizadas en polvos y harinas

Preguntando ¿si acaso alguna vez terminaría?

Sufriendo desde la soledad de tus sueños

Queriendo llorar por llorar para todo lavar

¿Qué haremos sin la melancolía de tu cantar?

¡Hay mi buena señora!

¡No quiero ya emocionarme!

No deseo despedirme sin antes abrazarte

¿Para qué desaparecer sino antes la bendición de tu canción?

Si tú no estas es como no tener madre

Sin micrófonos para ti es como un invierno sin pena

De qué dulzura comeremos si tus suspiros no estarán

Sólo queda el gran regalo de tu corazón

Tengo escalofríos al dejar ir tu poncho

Como cuando los tuve hace tantos años

¡Quiero gritar y huir! Llorar siempre en solitario

Por no cobijarte y olvidarte, te extraño, te extraño, te extraño

Ya no puedo escribir, sólo quiero silencio…

Me sigo preguntando si la esperanza me es bienvenida

O si tendré que dejarla huir con la televisión

¿La verdad, la humildad o la ironía?

Confusiones que cada día se engrandecen y desaparecen

Todo ha dejado de brillar desde que marchaste

Todo más peligroso y rápido

Nacimientos más grises y mecánicos

Fiestas enmarcadas en lineamientos uniformados

Las puertas se cierran…

Polvos y años invaden las guitarras que nunca más aparecerán

Panderos, charangos y convicciones colgadas

Murales sobrepintados con precauciones y ventas

¡Hay mi señora! ¿Qué es lo qué estoy sintiendo si años ya ha vivido?

Con amores, nubes, océanos y regalos

Aún sabemos que estarás en nuestros ojos empapados

Cantando, componiendo, danzando y ofreciendo vivir

Para ser por siempre, simplemente y nada más que La Negra.

Mercedes Sosa (1935 – 2009)


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