Primeramente muy buenos días, señores autoridades, vecinos, animales, árboles y amigos del sector. Quisiera comenzar con la alegría de estar nuevamente acá compartiendo con tan magnas visitas y reconocer la gallardía por cederme la palabra con tantos invitados de calidad, que a la vez han sido tan hogareños con mi persona, compartiendo sus pelos y heladas narices…
Por favor le pido me disculpen por mi primer tema a tratar, pero se ha ido acrecentando la necesidad de conversar, debatir y sobre entender con una objetividad el siguiente tema, sin ánimos de asustarlos ni ponerlos a la defensiva continuare con mi exposición.
Las disculpas del caso para nuestros peludos y agiles amigos “Felis silvestris catus” alias gato doméstico, “Felis silvestris” para nuestros amigos más intrépidos clasificados como gatos salvajes, perteneciente a una sub especie gatuna, en general las disculpas a su familia “Felidae”, descendientes directos del gran reino animal. Según la definición de “The International Cat Association (TICA)”
Sin ánimos de deshonrar a tan destacada familia me veo en la obligación de indicar y reconocer que esta mañana me acompaña un gran dolor muscular y mental que me aqueja de sobremanera, por lo cual con mucha hombría, sin miedos a represalias, expongo lo siguiente.
“Hoy con mi espalda cansada, mis dedos afligidos de golpear teclas, mi respiración dolorosa a nivel de los pulmones, mis brazos marchitos por el sol cansado, ya sólo respiro para pedir ayuda y declararme infantilmente insano (Adjúntese la mente también). ¡Me duele desde mi canoso pelo, hasta mi sombra!, ¡ya pongámosle que sí que estoy pal gato!”
Muchas gracias…
Intachable consejo: EL próximo a subir al podio suba con lentes porque el sol llega de frente…
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